Realiza siempre un deporte competitivo rápido que
requiera de muchos movimientos.
El futbol, el básquet o el tenis nos dan ese
espíritu de competitividad y reacción que necesitamos. Y principalmente, ayudan
a mejorar tus reflejos.
Como cosa curiosa puedo decir; que cuando empecé a editar
este libro (y video curso de PES 2015) entrevisté a un amigo que tenía excelente reflejos para jugar a los
videos juegos.
Les voy a contar lo que sucedió:
Él (la persona que entrevisté) era un experto en el Counter Strike; es video juego que es
como en mi barrio decían: los policías y ladrones.
¿Cómo lo haces?- pregunté. Claramente me estaba
refiriendo a jugar bien al Counter.
-No hago nada, sólo cuando veo al jugador le disparo,
respondió.
En verdad, mi amigo no sabía nada de nada. Él sólo jugaba
y jugaba bien. Así, me puse a pensar en sobre qué lo hacía distinto a mí. Jamás
encontré la diferencia esa noche, ni toda la semana que pensé en lo mismo.
Luego de un mes, encontré unas diferencias:
- La computadora de mi amigo era mejor (superior en procesador y memoria).
- Tenía un mouse más preciso.
- Nuestras edades diferían en 5 0 6 años.
Lógicamente, mi
amigo era menor.
En
la actualidad, encontramos diferencias sólo en la velocidad de la conexión a Internet
cuando jugamos al PES de manera online. Pues siempre será mejor una conexión de
Internet de más Megas.
Aun
así, no me cabía en la cabeza cómo era que mi amigo me podía ganar tan rápido.
O yo era lento, casi una tortuga o él era una bala- me pregunté.
Ya no quería
jugar con él porque se burlaba de mí a morir. Me atrapaba como gato cuando
busca al ratón y todavía me daba ventaja el miserable.
Cierto
día a mi amigo se le malogró la computadora y me pidió de favor que vaya a ver
qué sucedía. Su cuarto era un desastre, todo desordenado.
Recuerdo que llegué y
se sentó en su cama mientras empecé a verificar la máquina. Luego de unos
minutos, mi amigo bostezó y sacó de entre la almohada una pelota de Matatenas o
Jackses que le había quitado a su hermana (que nunca devolvió) y empezó a
tirarla al techo del cuarto.
Desde
ese día se me quedó grabada esa imagen y empecé a deducir que sus reflejos en
el juego eran buenos porque en la realidad también lo eran y su estado físico,
ni para qué hablar…
Era excelente.
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